Salamanca en 48 Horas: La Guía Perfecta para Enamorarte de esta preciosa ciudad Patrimonio de la Humanidad

Salamanca es una de esas ciudades que te atrapan. Paseas por sus calles de piedra dorada y, de pronto, te das cuenta de que llevas horas con la boca abierta. Cuna de la universidad más antigua de España en funcionamiento, y con un casco histórico que parece un decorado de película, esta joya castellana es perfecta para una escapada de dos días. Aquí va mi guía de viaje para descubrir lo mejor de Salamanca.

Déjate llevar por las calles de esta ciudad y disfruta encontrando esos rincones que la hacen única:

Y lo que no te puedes perder:

1. Plaza Mayor (La joya barroca)

Es uno de los lugares más bellos de España, especialmente por la mañana cuando aún no está abarrotada.

Esta plaza no es solo el corazón de Salamanca, sino también uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca civil en Europa.

Se construyó entre 1729 y 1755, por encargo del rey Felipe V. El arquitecto fue Alberto de Churriguera, famoso por su estilo barroco exuberante. Aunque él diseñó la mayor parte, la obra se terminó bajo la dirección de Andrés García de Quiñones, quien añadió detalles que hoy le dan su carácter único.

La plaza tiene forma cuadrada, aunque en realidad es un cuadrado imperfecto, algo más ancho que largo. Sus fachadas de tres pisos, con arcos de medio punto en la planta baja, están coronadas por balcones y rematadas con un friso decorado con medallones esculpidos.

Los medallones representan a reyes de España, personajes ilustres y figuras clave en la cultura y la ciencia. Entre ellos verás a Felipe V, Isabel la Católica, Cervantes, Cristóbal Colón… cada uno con su pequeño hueco en esta galería de piedra dorada.

En el lado norte se alza el Pabellón Real, más alto que el resto, que en su día servía para recibir a autoridades y presidir celebraciones. En el lado opuesto está el Ayuntamiento, uno de los edificios más fotografiados de la ciudad.

Tómate un café en Café Novelty, el más antiguo de la ciudad, y disfruta del ambiente, o sube al Mesón Cervantes y disfruta de unas tapas con unas vistas espectaculares a la plaza.

Esta plaza ha sido escenario de mercados, corridas de toros, proclamaciones reales, fiestas universitarias y, hoy, sigue siendo el punto de encuentro por excelencia. La Plaza Mayor es el centro de todos los eventos de la ciudad.

Recreación Vísperas Nupciales de María Manuela de Portugal con Felipe II en 1.543

Por la noche se ilumina y es todavía más mágica. Vuelve después de cenar!!!

2. Casa de las Conchas

Sal de la Plaza Mayor por la puerta sur para seguir el itinerario por la Calle Rúa Mayor que te llevará hasta la Casa de las Conchas.

Este palacio señorial es una joya del gótico tardío con toques renacentistas, construida entre finales del siglo XV y principios del XVI por Rodrigo Arias Maldonado, caballero de la Orden de Santiago.

Lo primero que llama la atención son, las más de 300 conchas que decoran su fachada, que representan el símbolo de la Orden de Santiago, a la que pertenecía su dueño.

Fíjate en las ventanas: algunas son de estilo gótico flamígero, otras renacentistas, ya que la construcción abarcó varios estilos arquitectónicos. Hoy el edificio alberga una biblioteca pública y sala de exposiciones, con un precioso patio interior con entrada gratuita lleno de encanto, con arcos mixtilíneos y una fuente central. No dejes de entrar, y admirar desde el patio las torres de la iglesia de la clerecía, justo enfrente.

Más información y horarios.

3. Clerecía

Cruzamos la calle y, se nos abre ante los ojos un coloso barroco: la Real Clerecía de San Marcos. Fue mandada construir por la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, a principios del siglo XVII para servir como colegio y seminario de los jesuitas. (Colegio Real de la Compañía de Jesús)

Su fachada es un espectáculo de simetría barroca, con tres cuerpos adornados por columnas salomónicas y estatuas. El conjunto incluye la iglesia y el colegio, hoy sede de la Universidad Pontificia de Salamanca.

La iglesia impresiona por su gran cúpula, y si subimos a las torres de la Clerecía Scala Coeli (Escalera al cielo) tendremos una de las mejores vistas panorámicas de Salamanca.

Estos dos edificios juntos forman una de las postales más famosas de Salamanca: la piedra dorada, el contraste de estilos y la sensación de estar rodeado de siglos de historia.

Por aquí la información para la visitar las torres: https://www.torresdelaclerecia.com/

C/ Compañía 5, 37002 Salamanca

4. Universidad de Salamanca

Continúa por la Calle Libreros hasta la Universidad, uno de los grandes tesoros de la ciudad.

Fundada en 1218 por el rey Alfonso IX de León, es la universidad más antigua de España y una de las más antiguas del mundo. Por sus aulas han pasado figuras como Fray Luis de León, Francisco de Vitoria, Miguel de Unamuno o incluso Cristóbal Colón, cuando vino a defender su proyecto ante expertos.

La Universidad de Salamanca fue pionera en muchas cosas, como crear las primeras cátedras de gramática española y de derecho internacional. También fue donde Nebrija presentó su Gramática de la lengua castellana, la primera de una lengua romance.

Imprescindible:

4.1. La fachada plateresca
Es la joya más fotografiada de la ciudad: la fachada de estilo plateresco (siglo XVI), como un bordado en piedra dorada. Está llena de símbolos, escudos y figuras, pero el reto más famoso es buscar la rana sobre la calavera.
La leyenda dice, que si eres estudiante y la encuentras sin ayuda, aprobarás tus exámenes. En realidad, la rana es un mensaje moral: la calavera representa la muerte y la rana, los placeres efímeros; juntos, un recordatorio sobre la fugacidad de la vida.

4.2. El Patio de Escuelas  Mayores.

Entramos a un espacio porticado, donde antiguamente los estudiantes y profesores conversaban o debatían.

La estatua de Fray Luis de León nos recibe en este amplio espacio. Este profesor de teología del s. XVI es uno de los iconos de la Universidad de Salamanca, y su frase más célebre “Como decíamos ayer…”.

Alrededor de su estatua los alumnos tenían aulas (a partir del s. XVIII), un hospital, las Escuelas Menores, y la residencia para profesores.

En sus muros veréis grafitis medievales rojos por todas partes. Son vítores, y los pintaban los estudiantes que terminaban la universidad para celebrar su éxito. Para ello utilizaban sangre de toro, pimentón y aceite de oliva.

4.3. El Patio de Escuelas Menores y el Cielo de Salamanca.

En una esquina del patio de las Escuelas Mayores está el patio de Las Escuelas Menores, donde se formaban los estudiantes antes de llegar a la Universidad (Escuelas Mayores)

Este patio, más pequeño y encantador, conserva los arcos salmantinos (únicos de Salamanca), el pozo en el centro, y lo que fueron las antiguas aulas. 

Desde este patio podemos acceder al famoso Cielo de Salamanca: un fragmento de pintura renacentista del siglo XV que representa un mapa estelar, con signos zodiacales y constelaciones.

Es un fresco pintado a finales del siglo XV por Fernando Gallego, un artista del Renacimiento temprano en Castilla. Originalmente cubría toda la bóveda de la antigua Biblioteca Universitaria, pero hoy solo se conserva aproximadamente una tercera parte.

Al entrar, levanta la vista: lo que ves es un mapa celeste renacentista. Gallego pintó el firmamento tal y como se entendía entonces, combinando astronomía, astrología y mitología clásica representando:

Constelaciones: verás figuras de animales y personajes mitológicos, como Aries, Tauro, Géminis o Sagitario, pintados de forma muy expresiva.

Planetas: aparecen representados con rasgos humanos, porque en aquella época se personificaban.

El zodíaco: los signos se despliegan a lo largo de la bóveda, recordándonos la conexión entre el cielo y el destino humano.

Este fresco servía para algo más que decoración: la biblioteca donde estaba era el corazón de la Universidad. Aquí los estudiantes aprendían astronomía, astrología y matemáticas, y el techo mismo era una lección pintada sobre sus cabezas.

Entrada gratuita

Más información: https://sac.usal.es/patrimonio/exposiciones/el-cielo-de-salamanca/

4.4. Las aulas históricas
La más famosa es el Aula de Fray Luis de León, donde el propio poeta y profesor reanudó sus clases con la célebre frase «Decíamos ayer…», tras pasar cinco años encarcelado por la Inquisición. El aula conserva bancos de madera, cátedra y un ambiente que casi hace esperar que el maestro entre por la puerta.

4.5. La Biblioteca Histórica
Un tesoro con más de 2.000 manuscritos y 60.000 libros antiguos, muchos de ellos incunables.

4.6. Casa Museo Miguel de Unamuno

En la calle Libreros, a pocos pasos de la Universidad. Aquí vivió Miguel de Unamuno, escritor, filósofo y uno de los grandes pensadores de España, durante sus años como rector de la Universidad de Salamanca.

Aquí escribió gran parte de su obra, reflexionando sobre la fe, la duda, la identidad de España y el ser humano.

Más información: https://sac.usal.es/casa-museo-unamuno/

4.7. Colegio Fonseca

Fue fundado en 1519 por el arzobispo Alonso de Fonseca, que además de gran mecenas fue uno de los personajes clave en la vida universitaria del Renacimiento. Su idea era crear un colegio mayor, es decir, una residencia donde vivieran y se formaran los estudiantes universitarios.

Más tarde, en el siglo XVIII, el colegio se transformó en el Colegio de los Irlandeses, porque durante siglos acogió a seminaristas católicos irlandeses que no podían estudiar en su país por cuestiones religiosas.

Actualmente es el Centro de Posgrado, y de Actividades Culturales de la Universidad de Salamanca.

Más información: https://colegiofonseca.usal.es/

Información y horarios visita a la Universidad de Salamanca: https://museo.usal.es/

5. Las Catedrales: Vieja y Nueva + Torres Ieronimus

Salamanca es una de las pocas ciudades del mundo que puede presumir de tener dos catedrales unidas. En lugar de derribar la vieja cuando se construyó la nueva, se decidió conservar ambas.

La Catedral Vieja y la Catedral Nueva, se alzan una junto a la otra, formando un conjunto impresionante que cuenta más de ocho siglos de historia.

La Catedral Vieja (siglo XII – XIII)
La Catedral Vieja comenzó a construirse hacia 1102, en pleno estilo románico, aunque con toques góticos en su transición.

Lo más llamativo es su cimborrio, una gran cúpula conocida como la “Torre del Gallo”, con tejas doradas que parecen brillar con la luz del sol.

Recibe ese nombre porque en lo alto tiene un gallo de bronce.

En su interior destaca el retablo mayor, una obra maestra de 53 tablas pintadas por Nicolás Florentino, donde se narran escenas de la vida de Cristo y de la Virgen, casi como un cómic medieval.

Altar Catedral Vieja – vista desde la visita de la subida a la torre Ieronimus

La sensación que transmite es de recogimiento, intimidad, un espacio pensado para la fe de los primeros siglos de la ciudad universitaria.

La Catedral Nueva (siglo XVI – XVIII)
Ahora caminamos unos pasos y, de pronto, el espacio se multiplica. La Catedral Nueva es monumental, comenzada en 1513 y finalizada en 1733. Aquí se mezclan estilos: gótico tardío, renacimiento y barroco.

Sus bóvedas góticas parecen elevarse hasta el cielo, llenas de luz y grandiosidad.

En las fachadas encontramos auténticas sorpresas: figuras talladas que van desde santos y profetas… ¡hasta un astronauta y un dragón comiéndose un helado! (añadidos en restauraciones modernas, un guiño muy salmantino al visitante curioso).

En la Fachada principal está el impresionante pórtico de la Natividad una narración bíblica tallada en piedra del Nacimiento de Jesús y de la Epifanía.

En el Pórtico de la Natividad se nota esa transición del gótico al renacimiento: las figuras mantienen la verticalidad y el dramatismo del gótico, pero empiezan a tener naturalidad y volumen renacentista.

Detalles que no hay que perderse

Observa cómo la escena principal parece proyectarse hacia el espectador, como si los personajes quisieran salir del marco.

Las columnas decoradas y los relieves secundarios incluyen motivos vegetales y angelicales, símbolos de vida y pureza.

Y si te fijas bien, verás que toda la fachada está pensada para educar y emocionar: era una Biblia visual para los fieles de la época.

Lo ideal es visitarlo al atardecer, cuando la piedra de Villamayor —ese tono dorado tan característico de Salamanca— se tiñe de luz cálida y los relieves parecen cobrar vida. Desde la plaza de Anaya, la vista es espectacular.

Información y entradas conjunta a las catedrales: https://catedralsalamanca.org/catedral-salamanca/

IMPRESCINDIBLE: Sube a las torres con la visita “Ieronimus” para unas vistas increíbles. Las vistas de Salamanca y el interior de las naves desde arriba te dejarán sin aliento.

Información y entradas Visita a las torres “Ieronimus”: https://ieronimus.es/

6. Huerto de Calixto y Melibea

Aunque el huerto no aparece descrito explícitamente en La Celestina, la tradición salmantina lo identifica como el escenario de los encuentros entre los protagonistas.

Es un jardín romántico, con rosales, cipreses y rincones de sombra.

Uno de los mayores encantos del huerto es su mirador. Desde aquí se contemplan:

El Puente Romano y el río Tormes, serpenteando al pie de la ciudad.

Las torres de la Catedral, que parecen vigilar el lugar desde lo alto.

7. Casa Lis y Museo Art Nouveau

Desde allí baja por Libreros hasta la Casa Lis: un espectacular museo en un edificio art nouveau con vidrieras y colecciones únicas.

La Casa Lis fue construida a finales del siglo XIX por encargo de Miguel de Lis, un industrial salmantino

Es un palacete modernista que destaca en la ciudad medieval por su fachada de hierro y vidrio, única en Salamanca.

El gran vitral del techo es probablemente lo más fotografiado: una bóveda de vidrio con tonos azules, verdes y dorados que cambia según la luz del día.

Desde la terraza-mirador, se tienen unas vistas privilegiadas al río Tormes y a la muralla medieval.

Hoy, la Casa Lis alberga el Museo Art Nouveau y Art Déco una de las colecciones más completas de estas corrientes artísticas en España.

  • Muñecas de porcelana y de época: más de 400, muchas de ellas únicas en el mundo.
  • Cristales de Lalique: auténticas joyas del vidrio francés, con diseños delicados y llenos de fantasía.
  • Esculturas de bronce y crisis del “fin de siècle”: figuras femeninas elegantes, llenas de movimiento y sensualidad.
  • Joyería modernista y Art Déco: piezas que parecen pequeñas obras de arte, con piedras preciosas y diseños atrevidos.
  • Pintura y mobiliario: obras que recrean la vida de principios del siglo XX, mostrando cómo vivía la burguesía de la época.

Más información:https://www.museocasalis.org/

Jueves: entrada gratuita para todo el público entre las 11 y las 14 horas.

8. Convento de San Esteban

Un lugar poco conocido por turistas, pero impresionante. Fachada plateresca, claustros tranquilos y un ambiente que te traslada siglos atrás.

Lo primero que verás es su fachada monumental, un auténtico tapiz de piedra dorada que parece una obra de encaje. Es un ejemplo perfecto del plateresco español, ese estilo tan salmantino que mezcla lo religioso con la exuberancia decorativa.

Este convento pertenece a la Orden de los Dominicos, y su historia está estrechamente ligada al pensamiento y la evangelización. Se construyó entre los siglos XVI y XVII, y fue un lugar de estudio y reflexión de primer nivel, comparable a las grandes universidades de Europa.

Uno de los personajes más célebres que pasó por aquí fue Cristóbal Colón antes de partir hacia el Nuevo Mundo, buscando el apoyo de la Reina Isabel.

En el interior, destaca el claustro de los Reyes, una maravilla de calma y simetría, con columnas decoradas y un silencio que invita a la contemplación. También pueden visitar la iglesia, un espacio de proporciones majestuosas donde la luz que entra por las vidrieras crea una atmósfera casi mística. El retablo mayor, obra de José de Churriguera, es una explosión de barroco salmantino.

9. Puente Romano y vistas del Tormes

Camina hasta el Puente Romano para ver una de las mejores postales de Salamanca con la catedral al fondo. Cruza el puente y disfruta del Parque Elio Antonio de Nebrija, ideal para relajarse con vistas.

Las mejores fotos de Salamanca se sacan desde este lado del río.

Además de ser una ciudad monumental espectacular, Salamanca es también una de las ciudades con mejor ambiente de España, perfecta para tapear, disfrutar de su gastronomía y alargar la noche sin prisa. Estas son algunas paradas imprescindibles:

  • La Viga – Un clásico salmantino. No puedes irte de Salamanca sin probar la jeta (morro de cerdo asado) y las patatas meneás. 
  • Mesón Cervantes – Ideal para comer o cenar con las mejores vistas a la Plaza Mayor. Delicioso el cochifrito y las tortillas rellenas. Además cuenta con una terraza emblemática en la plaza para disfrutar del ambiente de la ciudad.
  • Las Caballerizas. Merece la pena hacer una parada para tomarse algo en la cafetería de la Facultad de Filología, que fueron antiguas caballerizas en el siglo XVII. Te sorprenderá.
  • Coctelería Niebla – Una de las coctelerías más reconocidas de Salamanca, perfecta para subir el nivel de la noche con combinados muy bien preparados.
  • Hernández y Fernández – Un gin-bar moderno en pleno centro, con ambiente cuidado y una carta de combinados ideal para alargar la velada.

Plano turístico de Salamanca:

https://salamanca.es/es/servicios/oficina-de-turismo-on-line/plano/item/download/2661_990da7312b92b70cedf55d2dde2f6a00

En la Oficina de Turismo (Plaza Mayor), puedes conseguir folletos con mapas oficiales gratuitos y guías accesibles.